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Historia

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Primer ochote de Oberena en 1941
El 20 de enero de 1941 los fundadores de Oberena decidieron darle mayor importancia al folclore y a la peña. El grupo de dantza surgió a raiz de la carta de Pentecoste en la que se desaprobaba el baile agarrado y al mismo tiempo se invitaba a los jóvenes a que hicieran suyos los lugares donde se había perdido la danza. En un principio el grupo estaba formado exclusivamente por hombres, que bailaron por primera vez en Monreal el día 15 de Agosto. En Pamplona se estrenaron un 3 de diciembre en el frontón Perkain. Esta fecha se convirtió en importante para el grupo, puesto que todos los años se celebra el día del dantzari de Oberena. Al final del año el grupo notó que le faltaba algo esencial: mujeres. Por lo tanto, ellas también empezaron a formar parte del grupo de dantza. En aquellos años llenos de ilusión, se recuperaron danzas como Zozo dantza, Ezpatadantza, Eskudantza y Larraindantza (La Era), mientras que ensayaban en los “zulos” de Zapatería 40. Normalmente se bailaba en domingo, algunas veces en fiestas y otras aprovechando el viaje del equipo de fútbol. El grupo ofreció actuaciones en muchos pueblos navarros, y en Pamplona-Iruña, solían bailar en lugares como el frontón Euskal Jai (derribado en 2004), la Meca, el Teatro Gayarre y el frontón Perkain.
A la izquierda Oberena en Labrit; a la derecha cartel de la actuación en la plaza de tor
Oberena estaba formado por más de 100 parejas que llenaban la plaza de toros de Pamplona en el “Alaitasun Eguna”. En 1946 cruzó por primera vez nuestras fronteras para viajar a Zaragoza, en la década de los 50 bailaron en la feria de Madrid y de ahí en adelante comenzaron los viajes.
En navidades de 1960, el grupo de dantza Oberena preparó un festival en Labrit que se repitió hasta 1974. Con la ayuda del Orfeón Pamplonés y la banda militar (ésta última relevada más adelante por la Orquesta Santa Cecilia) se interpretaban Eusko Irudiak, el preludio de El Caserío y la ezpata dantza de Amaya de Jesús Guridi.
Oberena en la plaza de toros de Iruña
En 1965 se estrenó el Misterio de Obanos en la plaza del pueblo. 18 parejas de Oberena bailaron las coreografías de Miguel Reta en la obra de teatro que hoy en día se sigue interpretando.
Superando todos los obstáculos, en la década de los 70 Oberena dantza taldea se puso rumbo a Irlanda. Ese viaje también marcó el inicio de una serie de rupturas y divisiones internas que llevó al grupo a dos décadas de desencuentros y conflictos internos. La primera ruptura, en el año 1973, terminó con la salida de gran parte de los dantzaris que posteriormente fundarían el Ortzadar Euskal Folklore Elkartea; posteriormente, a principio de los años 80, nuevas desavenencias internas terminaron con otra salida de gran parte de los dantzaris, muchos de los cuales pasarían a formar parte del recién creado grupo de dantza de Burlada Larratz
Paralelamente a éstas cuestiones internas, el grupo siguió aprendiendo bailes, ampliando repertorios, ofreciendo actuaciones y espectáculos, viajando (Mallorca, Francia...) recuperando trajes y vestuario y, sobre todo, trabajando una cantera de txikis que con el tiempo tomarían las riendas del grupo. Fue esa labor y esa gente la que permitió al grupo mantenerse y recuperar su estabilidad a finales de la década de los 80. 
Con los años 90 llegó el 50 aniversario del grupo. En concreto fue el año 1991 cuando el frontón Labrit albergó un festival con cientos de dantzaris y exdantzaris. Esta década vino acompañada de viajes y festivales internacionales de gran prestigio en países como Bulgaria, Canadá, Alemania, Austria y Suiza, o ciudades de España como Gijón, Murcia, Sevilla, Ciudad Real... Además de ello, siguió actuando por multitud de pueblos de nuestra geografía vasca, a la par que aprendía e incorporaba nuevos bailes a su repertorio. 
La entrada en el siglo XXI ha sido una continuación de aquellos años noventa: una trabajo con los txikis excepcional que esta teniendo sus frutos en la actualidad con más de 100 jóvenes aprendiendo y disfrutando del folklore vasco, un repertorio amplio y variado al que cada año se trata de añadir un nuevo baile, un sinfín de actuaciones por nuestros pueblos: Otsagabia, Leitza, Tiebas, Cintruénigo, Cortes… Tampoco han faltado viajes y los dantzaris han visitado Francia, Italia, Alemania, Albania, Hungría, Polonia y diferentes ciudades del Estado español como Gijón, Lleida, A Coruña, Huesca, Granada… Pero sobre todo, unas ganas y una ilusión enorme por seguir recuperando, manteniendo y divulgando nuestro rico folklore vasco. Por muchos años. 
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