Euskaraz irakurri nahi dut.
Primer ochote de Oberena en 1941 |
A la izquierda Oberena en Labrit; a la derecha cartel de la actuación en la plaza de tor |
Oberena estaba formado por más de 100 parejas que llenaban la plaza de toros de Pamplona en el “Alaitasun Eguna”. En 1946 cruzó por primera vez nuestras fronteras para viajar a Zaragoza, en la década de los 50 bailaron en la feria de Madrid y de ahí en adelante comenzaron los viajes.
En navidades de 1960, el grupo de dantza Oberena preparó un festival en Labrit que se repitió hasta 1974. Con la ayuda del Orfeón Pamplonés y la banda militar (ésta última relevada más adelante por la Orquesta Santa Cecilia) se interpretaban Eusko Irudiak, el preludio de El Caserío y la ezpata dantza de Amaya de Jesús Guridi.
Oberena en la plaza de toros de Iruña |
En 1965 se estrenó el Misterio de Obanos en la plaza del pueblo. 18 parejas de Oberena bailaron las coreografías de Miguel Reta en la obra de teatro que hoy en día se sigue interpretando.
Superando todos los obstáculos, en la década de los 70 Oberena dantza taldea se puso rumbo a Irlanda. Ese viaje también marcó el inicio de una serie de rupturas y divisiones internas que llevó al grupo a dos décadas de desencuentros y conflictos internos. La primera ruptura, en el año 1973, terminó con la salida de gran parte de los dantzaris que posteriormente fundarían el Ortzadar Euskal Folklore Elkartea; posteriormente, a principio de los años 80, nuevas desavenencias internas terminaron con otra salida de gran parte de los dantzaris, muchos de los cuales pasarían a formar parte del recién creado grupo de dantza de Burlada Larratz.
Paralelamente a éstas cuestiones internas, el grupo siguió aprendiendo bailes, ampliando repertorios, ofreciendo actuaciones y espectáculos, viajando (Mallorca, Francia...) recuperando trajes y vestuario y, sobre todo, trabajando una cantera de txikis que con el tiempo tomarían las riendas del grupo. Fue esa labor y esa gente la que permitió al grupo mantenerse y recuperar su estabilidad a finales de la década de los 80.
Con los años 90 llegó el 50 aniversario del grupo. En concreto fue el año 1991 cuando el frontón Labrit albergó un festival con cientos de dantzaris y exdantzaris. Esta década vino acompañada de viajes y festivales internacionales de gran prestigio en países como Bulgaria, Canadá, Alemania, Austria y Suiza, o ciudades de España como Gijón, Murcia, Sevilla, Ciudad Real... Además de ello, siguió actuando por multitud de pueblos de nuestra geografía vasca, a la par que aprendía e incorporaba nuevos bailes a su repertorio.
La entrada en el siglo XXI ha sido una continuación de aquellos años noventa: una trabajo con los txikis excepcional que esta teniendo sus frutos en la actualidad con más de 100 jóvenes aprendiendo y disfrutando del folklore vasco, un repertorio amplio y variado al que cada año se trata de añadir un nuevo baile, un sinfín de actuaciones por nuestros pueblos: Otsagabia, Leitza, Tiebas, Cintruénigo, Cortes… Tampoco han faltado viajes y los dantzaris han visitado Francia, Italia, Alemania, Albania, Hungría, Polonia y diferentes ciudades del Estado español como Gijón, Lleida, A Coruña, Huesca, Granada… Pero sobre todo, unas ganas y una ilusión enorme por seguir recuperando, manteniendo y divulgando nuestro rico folklore vasco. Por muchos años.
Paralelamente a éstas cuestiones internas, el grupo siguió aprendiendo bailes, ampliando repertorios, ofreciendo actuaciones y espectáculos, viajando (Mallorca, Francia...) recuperando trajes y vestuario y, sobre todo, trabajando una cantera de txikis que con el tiempo tomarían las riendas del grupo. Fue esa labor y esa gente la que permitió al grupo mantenerse y recuperar su estabilidad a finales de la década de los 80.
Con los años 90 llegó el 50 aniversario del grupo. En concreto fue el año 1991 cuando el frontón Labrit albergó un festival con cientos de dantzaris y exdantzaris. Esta década vino acompañada de viajes y festivales internacionales de gran prestigio en países como Bulgaria, Canadá, Alemania, Austria y Suiza, o ciudades de España como Gijón, Murcia, Sevilla, Ciudad Real... Además de ello, siguió actuando por multitud de pueblos de nuestra geografía vasca, a la par que aprendía e incorporaba nuevos bailes a su repertorio.
La entrada en el siglo XXI ha sido una continuación de aquellos años noventa: una trabajo con los txikis excepcional que esta teniendo sus frutos en la actualidad con más de 100 jóvenes aprendiendo y disfrutando del folklore vasco, un repertorio amplio y variado al que cada año se trata de añadir un nuevo baile, un sinfín de actuaciones por nuestros pueblos: Otsagabia, Leitza, Tiebas, Cintruénigo, Cortes… Tampoco han faltado viajes y los dantzaris han visitado Francia, Italia, Alemania, Albania, Hungría, Polonia y diferentes ciudades del Estado español como Gijón, Lleida, A Coruña, Huesca, Granada… Pero sobre todo, unas ganas y una ilusión enorme por seguir recuperando, manteniendo y divulgando nuestro rico folklore vasco. Por muchos años.
Euskaraz irakurri nahi dut.